sábado, 3 de septiembre de 2011

A través de mis manos

De nuevo delante de la pantalla de un ordenador con un teclado entre manos intentando dar salida a los sentimientos que se agolpan en mi interior, pero sin saber en qué terminará este acto de liberación temporal porque al rozar con mis dedos cada tecla, éstos parecen haber cobrado vida y escriben sin ser acompañados por mis pensamientos. Podría decir que me estoy esforzando en detener este frenesí, que estoy luchando para que dejen de bailar a su gusto sobre el teclado, pero me es completamente imposible hacer algo así. En este momento no soy capaz de detener mis dedos para que no sigan escribiendo porque lo que más les gusta hacer es pulsar cada tecla con una letra diferente y así ir formando palabras y que esas palabras adquieran cierto sentido en una frase.
Todo lo que estoy escribiendo ahora no tiene ningún sentido. Nada de lo que se puede leer tiene algún sentido para mí, pero es exactamente mi marca de droga. Tenga o no sentido lo que escriba, es mi manera de liberar tensiones y de darme cuenta de si la vida tal y como la veo es una simple fantasía, una realidad o una pesadilla.
Cuando miro a mi alrededor no sólo veo aquello que pasó sino también todo aquello que me gustaría que pasase. Para algunos significa soñar con los ojos abiertos, pero para mí significa poder dejar volar mi imaginación y así conseguir salir de la monotonía del día a día e incluso sacar fuerzas de donde sea cuando pienso que estoy más que perdida en este mundo que no está hecho a mi medida.
Tal vez es bueno dejar que mis dedos tomen el control de la situación y liberar toda la tensión de la que ahora soy presa. Es mucho más fácil dejarse llevar sin pensar en qué escribir, sino que simplemente me desprenda del resto del mundo y me interne en mi propia burbuja, la burbuja de las palabras…la burbuja de la escritura.