viernes, 26 de octubre de 2012

Una simple historia para alguien especial


Era una noche cerrada de un 27 de octubre de  1989. De repente en la sala se escucharon los gritos de una mujer. Sentía dolores muy intensos y prolongados, pero sabía que aquello merecería la pena. Aquella mujer era apenas una jovencita de 21 años intentando hacer todo lo humanamente posible por traer a otra personita al mundo. 

En la sala de espera del hospital, la familia de aquella madre primeriza y su esposo esperaban ansiosos dejar de escuchar aquellas quejas que tanto les angustiaban. De un segundo a otro los gritos y quejas de la joven cesaron y todo el hospital se sumió es un silencio sepulcral; aquello no era nada bueno, pero en el momento más inesperado se escucharon unos llantos de bebé, los primeros llantos un bebé que saludaba al mundo que tanto esperó su nacimiento.

Era apenas una bolita de carne con unos enormes ojitos marrones que te atrapaban en su mirada, una adorable sonrisa hechizó a todas las personas que lo vieron desde su primer momento en el mundo.  El nacimiento de aquel muchachito fue una bendición en la familia, primer hijo y primer nieto, por lo que todos los mimos le fueron dedicados a él, pero nadie sabía que deberían pasar muchos años para que aquel pequeño consiguiese la felicidad.

Así los días pasaron y aquel bebé se convirtió en una preciosidad de niño, que a pesar de ser inquieto, todo lo que exploraba en este mundo desconocido para él, se le quedaba guardado en la memoria. Fueron días felices los de su infancia, pero el anhelo de algo más llego con la adolescencia.

Conforme pasaban las horas sentado en aquella mesa en el aula del instituto se preguntaba qué le deparaba la vida, por qué no se sentía completamente feliz, qué era aquello que sentía que le faltaba.

Su personalidad tímida y retraída invitaba a las burlas de sus compañeros de clase y, a pesar de sentirse tentado de hacerles frente, él se limitaba a mantenerse callado y observar. No le fue fácil hacer amigos y los que conseguía hacer no siempre eran tal y como él esperaba.

En contadas ocasiones se refugiaba en el teclado y pantalla de su ordenador escribiendo todo lo que le pasaba por la mente o lo que su corazón sentía. Cuando no escribía en la soledad de su habitación se conectaba a diferentes redes sociales para charlar con personas de diferentes puntos del país y con el tiempo se dio cuenta que a pesar de lo que decían las malas lenguas, en internet es posible hacer amigos y que éstos te sean igual o más fieles que los que se hacen cara a cara. Le daba igual pasarse horas y horas delante de la pantalla de un ordenador hablando con toda clase de amigos, ya que ellos sabían cómo ganarse su corazón y hacerlo sentir vivo, pero todo cambió cuando una noche de invierno una chica se cruzó en su camino.

Era una chica igual de tímida que él, tenían innumerables cosas en común, tanto que ninguno de los dos creían que sería posible encontrarse en esta vida. Bien era cierto que al principio no hablaban demasiado, ya que los dos estaban todavía estudiando y además ella tenía novio, pero un día aquel “inconveniente” desapareció y desde entonces empezaron a hablar cada vez más horas al día. Cuanto más hablaban ambos se encariñaban más y más del otro, se ayudaban mutuamente en todo aquello que les era posible ayudarse, se daban ánimos en los momentos difíciles y se alegraban cuando uno de ellos conseguía algo o simplemente se despertaba feliz por la mañana.

Pasaron algunos meses hasta que pudieron conocerse en persona y en el momento en el que se miraron a los ojos por primera vez el amor que había escondido en sus corazones explotó y se convirtió en algo real.

Desde entonces aquel muchachito que pensó que nunca encontraría la verdadera felicidad se dio cuenta de que ya la había encontrado. Estaba presente en cada mirada, cada caricia, cada beso y cada poro de piel de la chica que le devolvió a la vida después de muchos años de letargo. Su vida cambió y ahora nada podría hacer que su felicidad se desvaneciese, pero lo que él no sabe es que aquella chiquilla tímida y vergonzosa no le cambió la vida, sino que fue justo lo contrario.

Su actitud siempre positiva, sus ganas de vivir, su fuerza para luchar contra viento y marea hacen que él le dé a ella toda esa fuerza que le falta en todo momento, su felicidad depende de la de él. Sí es exagerado, pero para ella, él es un chico salido de un cuento de hadas, un príncipe azul que nunca se destiñe, el aire que necesita para respirar, todo, es todo lo que ella necesita para vivir y para ser feliz. 

Ambos se aman como si no hubiera un mañana, como si el fin del mundo llegase en unos minutos, como si no existiera nadie más que ellos en el mundo.

Es verdad, él encontró la felicidad que anhelaba, pero gracias a él, ella es capaz de sonreír de nuevo, de ver la vida con otros ojos, de tener nuevos sueños, sueños en los que están juntos sin nada ni nadie que los separe, de seguir luchando en este mundo cruel…

Y día a día, cada amanecer ella le da las gracias por haber aparecido en su vida porque su corazón le pertenecerá siempre…







P.D tenías razón, no he sido capaz de quedarme quietecita porque...


 


Decirte que te amo se me queda pequeño,
Alguien debería inventar nuevas palabras para definir
Mis sentimientos de entrega,
De devoción, de admiración,
De necesitarte cada segundo.

Eso siento y más
Te digo que te amo, pero ya lo sabes,
Quizás de tanto repetírtelo se desvirtúan las palabras,
Pero no, cada vez que te lo digo
Es porque mi amor por ti ha aumentado.

Quiero que lo sepas, no te amo en pasado,
No te amo en presente, ni te amo en futuro,
Es un amor sin tiempo, tampoco tiene distancias,
Es simplemente amor puro, cargado de ilusiones,
Lleno de promesas que no deben cumplirse porque
Ya se cumplieron todas al conocerte.

Te amo, como dos palabras que forman una sonrisa en tus labios,
Como dos cielos llenos de colores reflejados en tus ojos,
Como dos palabras infinitas que no deben dejar de sentirse.


Amarte en realidad es un premio,
Desconozco si te merezco, al menos lucho por merecerte,
Pero es un premio, es un regalo
Que cualquier persona debería recibir,
Pero que sólo tengo yo.

Por dejarme amarte te doy las gracias
Y te ofrezco mil años de amor
Que condenso en este poema que te entrego
Desde el fondo de mi corazón.





***Lunnaris***

jueves, 26 de julio de 2012

Frustración


Cuánto me gustaría poder decir que soy plenamente feliz y que tener a mi lado a la persona más importante de mi vida puede hacer que me sobreponga de cualquier cosa, pero si dijese eso, mentiría como nunca lo he hecho.

En momentos como este siento que cada segundo que pasa me hundo más y jamás en la vida podré volver a levantarme porque una de las personas que más apoyo debería darme es la que más me hunde. Cuando no es por una cosa, es por otra, pero a quien siempre le grita y le echa la bronca es a mí y cuando no es eso, me dice que no hago nunca nada, que siempre estoy dando vueltas para no ayudarla, que ya no le cuento nada de lo que me pasa… Pero ¿cómo le voy a contar nada si en cuanto abro la boca para decirle algo se hace la loca y pasa olímpicamente de mi culo?  Otra cosa de las que siempre me dice es que si no he encontrado trabajo desde que dejé de estudiar es porque no quiero encontrarlo, pero ¿cómo voy a encontrarlo si nadie me da la oportunidad de demostrar lo que valgo y hay millones de parados más que tienen más formación y experiencia laboral que yo?

Lo único bueno que me pasó desde hace más de un año es haber encontrado a la única persona que es capaz de darme las suficientes fuerzas y ganas de seguir viviendo porque si no llega a ser por él, ahora mismo estaría en un psiquiátrico o algo peor porque mentalmente estoy machacada hasta la saciedad.

No hay un maldito día en el que no se me recuerde lo mal que estoy haciendo las cosas y que como siga con esta actitud nunca voy a llegar a ser nadie en la vida y sé que no soy la única que tiene problemas, pero algunas veces yo también necesito palabras de aliento y un poco de apoyo por parte de los que supuestamente son las personas más cercanas a mí porque no soy ni de hierro ni de hielo como para que todo me de igual, pero lo único que recibo son reproches y broncas sin tener en cuenta que yo también tengo sentimientos y lo que se me dice me duele más de lo que parece aunque aparente todo lo contrario.

A veces tengo demasiadas ganas de desaparecer por completo, que nadie vuelva a saber nada de mí, desaparecer de la vida de todos aquellos que me conocen, cogerme de la mano de mi novio y vivir nuestra vida como nos dé la gana y cuando pase eso, entonces sí podré decir que soy plenamente feliz y realizada, mientras tanto me toca seguir aguantando todo lo que me echen y más.







P.D Perdón a todos los lectores de mi blog por esta entrada porque seguro que no soy la única que tiene problemas e incluso habrá más personas que tengan problemas más graves que los míos, pero necesitaba demasiado poder desahogarme.

Gracias a todos los que le dedicáis tiempo leyendo mis textos y os pido otra disculpa por no escribir más a menudo. Un beso enorme a todos.


jueves, 24 de mayo de 2012

Música, mi única droga y adicción


A veces las palabras salen solas de mis dedos para plasmarse en una hoja en blanco, pero otras tantas se niegan a dejarse ver por el mero hecho de no saber cómo hacerlas que concuerden unas con otras. Para nadie es fácil ponerse delante de un ordenador y empezar a escribir, sobre todo cuando quiere que lo que escriba tenga algún sentido, pero creo que en muchas ocasiones es mucho mejor simplemente dejarse llevar y sólo al final ver el resultado sin tener en cuenta si lo escrito tiene sentido o no.
Ahora mismo siento como la música entra por mis oídos, las notas musicales se cuelan en mis venas y las letras se graban con fuego en mi mente, puedo visualizar cada palabra que escucho, estoy flotando en un mundo donde no existe el dolor, los problemas, los obstáculos ni las lágrimas.

Desde que tengo memoria he escuchado que la música amansa las fieras, pero no sólo eso, sino que además nos ayuda a ser mejores personas, a ver las cosas con diferentes ojos y a creer en nuestros propios sueños. Sí, en algunos momentos de mi vida yo también he llegado a pensar en dejarme vencer, en tirar la toalla, pero entonces siempre han aparecido unos instrumentos que me han cautivado, sonidos que me han embelesado y letras que me han hechizado por completo. Es verdad que una simple canción no puede hacer milagros, pero nos puede ayudar ser un poco más conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, porque ¿quién no ha escuchado alguna vez alguna canción que describa un hecho puntual que ha afectado a la humanidad o no se han emocionado con letras de amor, desengaños o felicidad y aun así hemos llegado a sentirnos identificados con ellas?
Cualquiera que pueda leer esto puede pensar que soy una fanática empedernida de la música, y es cierto si piensa así porque si no llega a ser por las 8 notas musicales que todos conocemos, yo no estaría ahora mismo delante de este ordenador hablando de una de las cosas que más me apasiona: dejarme llevar completamente por el sonido armónico de unos instrumentos y el acompañamiento de una voz. Puede resultar hasta mágica la manera en la que me siento invadida por todas las canciones que puedo llegar a escuchar en un solo día.

De niños, muchos han tenido amigos imaginarios o amiguitos con los que salían a jugar todas las tardes, yo he tenido como mejor amiga la soledad por mi carácter introvertido, y con el tiempo fui haciéndome amiga de las notas musicales, hasta el punto de que actualmente están presentes en todos los momentos de mi vida. No existe canción que no me recuerde a una persona, un momento, una historia o cualquier otra cosa que se pueda recordar. La música me ha acompañado en mis mejores momentos y en los peores, ha sido mi paño de lágrimas al que más he llegado a querer porque una persona puede no estar a tu lado cuando la necesitas, pero la música siempre estará cuando más la necesites porque a pesar de que las letras las componen personas a las que no conocemos personalmente, siempre encontramos una letra con la que nos animemos o que nos pongan el vello de punta por su intensidad y derroche de sentimientos.

Parece increíble que lo que iban a ser unas simples líneas expresando mis pensamientos se haya convertido en una “declaración de amor” al arte de la música, pero lo mejor de todo esto es que a pesar del tiempo que ha pasado desde la última vez que he tecleado algo coherente, estas líneas me han devuelto las ganas, la ilusión y cierta inspiración para seguir escribiendo, gracias a una sola palabra: música.