viernes, 22 de enero de 2021

Sueños

 

Hoy he soñado contigo.

Ha sido algo diferente a otras veces porque en noches anteriores siempre te he visto en la distancia. Ni siquiera te dabas cuenta de mi presencia y me limitaba a observarte desde lejos.

Cada noche hay pequeños cambios, aunque al final siempre termina de la misma forma, sintiendo el frío que emana la distancia que nos separa.

Ahora ya no estoy lejos, sino a tu lado y el momento en el que te giras y me miras a los ojos, el mundo deja de girar por un momento. Un momento en el que no existe nadie más, salvo tú y yo.

Mis ojos azules se pierden en la inmensidad de los tuyos. Me miras como si quisieras descifrar lo que esconde mi alma, pero no puedes. Te sientes tan frustrado que rompes nuestro contacto visual y el frío vuelve a invadirme.

De nuevo me siento lejos de ti, aunque estamos tan cerca que puedo rozarte con las yemas de los dedos y, por primera vez en todas estas noches, me armo de valor para alzar la mano y tocarte.

El mundo vuelve a parar bajo mis dedos, se para de verdad, pero solo yo soy consciente de ello. Decido ir más allá y tocar ese tatuaje en el brazo que siempre me ha gustado y que tanto he visto en mis sueños.

Una corriente eléctrica me recorre y el momento se desvanece con una facilidad pasmosa. Me quedo con la mano alzada y el miedo me invade cuando veo tu mirada sobre mí, pero no veo dureza en esos ojos que tan intrigada me han tenido durante todas estas noches.

Lo que veo es sorpresa y una dulzura que no creía posible que fuera a existir. La sonrisa que se dibuja en tus labios me infunda valor y vuelvo a rozar tu piel dibujando el contorno de la tinta que oscurece tu piel.

Los segundos pasan y cuando pienso que nada más puede pasar, siento tu mano sobre mí y tus brazos me atrapan en un abrazo que llevo anhelando desde que te veo en mis sueños. El olor a menta y madera inunda mis fosas nasales y todos los intentos fallidos de llegar hasta ti, se quedan en el olvido.

Ya no hay distancia, ya no existe el dolor de sentirte lejos. Ahora solo estamos tú y yo en este mundo de sueños…





viernes, 8 de enero de 2021

Miedo (parte 1)

 

    Siempre se repite lo mismo: aparece en el filo de un escarpado acantilado llorando. No sabe el porqué de aquellas lágrimas, pero siempre tiene la misma sensación de pérdida.

    Después, desde las sombras emerge el peor monstruo que haya existido jamás. Se da la vuelta y lo puede ver claramente: es una imagen sin rostro, pero a pesar de eso le inspira mucho terror. Empieza a temblar y quiere gritar, salir corriendo, pero algo la sujeta firmemente en el suelo para que no pueda moverse. No quiere mirar, pero finalmente, desde su más recóndito lugar del corazón decide enfrentarse a su miedo a levantar la vista.

    Consigue mirar a través de la niebla que los rodea a los dos y, por primera vez, se da cuenta de que la sombra la está mirando detenidamente; la observa como si de ello dependiera su vida. Algo en su mente le grita que escape, que vuelva a bajar la vista y corra lo más rápido que pueda, pero correr ¿adónde? Porque ni siquiera ella sabe dónde se encuentra. Además…esa mirada la captura por completo.

    Es una mirada que la fascina, pero a la vez le da miedo. Es una mirada llena de ternura, que parece que quiere comunicarle algo, pero no sabe cómo averiguar qué intenta decirle y por fin se arma de valor y da un paso al frente. Seguido de ese paso llega otro, y otro, pero de la nada empieza a soplar un viento huracanado que parece que le está hablando. Un momento, sí, le está hablando de verdad, pero ¿qué dice?

    La está advirtiendo que no siga adelante, que es una locura, que con cada paso que da se acerca más al peligro, pero ella decide no hacer caso a la advertencia y da otro paso, con la diferencia de que la sombra desaparece y ella se vuelve a quedar sola en el acantilado y esta vez, llorando incluso más que antes…

 

                                                                                        Continuará...