Hoy he soñado
contigo.
Ha sido algo
diferente a otras veces porque en noches anteriores siempre te he visto en la
distancia. Ni siquiera te dabas cuenta de mi presencia y me limitaba a
observarte desde lejos.
Cada noche hay
pequeños cambios, aunque al final siempre termina de la misma forma, sintiendo
el frío que emana la distancia que nos separa.
Ahora ya no
estoy lejos, sino a tu lado y el momento en el que te giras y me miras a los
ojos, el mundo deja de girar por un momento. Un momento en el que no existe
nadie más, salvo tú y yo.
Mis ojos azules
se pierden en la inmensidad de los tuyos. Me miras como si quisieras descifrar
lo que esconde mi alma, pero no puedes. Te sientes tan frustrado que rompes
nuestro contacto visual y el frío vuelve a invadirme.
De nuevo me
siento lejos de ti, aunque estamos tan cerca que puedo rozarte con las yemas de
los dedos y, por primera vez en todas estas noches, me armo de valor para alzar
la mano y tocarte.
El mundo vuelve
a parar bajo mis dedos, se para de verdad, pero solo yo soy consciente de ello.
Decido ir más allá y tocar ese tatuaje en el brazo que siempre me ha gustado y
que tanto he visto en mis sueños.
Una corriente
eléctrica me recorre y el momento se desvanece con una facilidad pasmosa. Me
quedo con la mano alzada y el miedo me invade cuando veo tu mirada sobre mí,
pero no veo dureza en esos ojos que tan intrigada me han tenido durante todas
estas noches.
Lo que veo es
sorpresa y una dulzura que no creía posible que fuera a existir. La sonrisa que
se dibuja en tus labios me infunda valor y vuelvo a rozar tu piel dibujando el
contorno de la tinta que oscurece tu piel.
Los segundos
pasan y cuando pienso que nada más puede pasar, siento tu mano sobre mí y tus
brazos me atrapan en un abrazo que llevo anhelando desde que te veo en mis
sueños. El olor a menta y madera inunda mis fosas nasales y todos los intentos
fallidos de llegar hasta ti, se quedan en el olvido.
Ya no hay
distancia, ya no existe el dolor de sentirte lejos. Ahora solo estamos tú y yo
en este mundo de sueños…

